Cada 22 de julio, la Iglesia Católica conmemora en su santoral a Santa María Magdalena, una de las santas más veneradas en la tradición cristiana. Fiel discípula de Jesús, María Magdalena es reconocida no solo por su conversión y entrega, sino también por haber sido la primera persona en ver a Cristo resucitado, según los Evangelios.

En 2016, el papa Francisco elevó su memoria litúrgica al rango de fiesta, el mismo nivel que los demás apóstoles, y la definió como “apóstol de los apóstoles”, un título que resalta su rol fundamental en los inicios de la Iglesia.

¿Quién fue María Magdalena?

Originaria de Magdala, una ciudad cercana al mar de Galilea, María Magdalena fue liberada por Jesús de “siete demonios”, lo que muchos interpretan como una referencia a una vida marcada por el dolor, el pecado o la enfermedad. A partir de ese momento, se convirtió en una de sus seguidoras más cercanas.

Estuvo presente en los momentos más significativos del ministerio de Jesús: lo acompañó durante su predicación, lo siguió hasta la cruz, y fue testigo de su sepultura. Según el Evangelio de Juan, fue ella quien, al visitar el sepulcro vacío, escuchó la voz de Jesús resucitado y recibió la misión de anunciar la Buena Noticia a los discípulos.

Una santa reivindicada

Durante siglos, María Magdalena fue erróneamente identificada con la mujer adúltera o con la pecadora que ungió los pies de Jesús, debido a interpretaciones tardías que mezclaron a distintos personajes bíblicos. Sin embargo, los estudios bíblicos modernos y el Magisterio de la Iglesia han reivindicado su figura como modelo de discípula fiel, no como pecadora pública.

Hoy, Santa María Magdalena es considerada patrona de los penitentes, conversos, mujeres cristianas y personas incomprendidas o marginadas.

Oración a Santa María Magdalena

“Santa María Magdalena, tú que amaste con sinceridad al Maestro y fuiste testigo de su resurrección, enséñanos a buscarlo con el corazón, a seguirlo con fe y a anunciarlo con alegría. Amén.”